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José luiz quadros de magalhães dialoga con tiempo argentino sobre la comisión de la verdad en brasil
“En las FF AA todavía se enseña una historia mitológica, falsa, mentirosa”
Publicado el 18 de Diciembre de 2011El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Minas Gerais fue el primero en dar cursos de Derechos Humanos a la policía brasileña en la democracia. Hoy celebra la investigación de los crímenes de la dictadura militar.
La Ciudad de Mar del Plata fue sede del XI Congreso Nacional de Filosofía y Ciencia Política, organizado por el Centro de Investigación y Docencia en Derechos Humanos Alicia Moreau. En él participó José Luiz Quadros de Magalhães, quien es profesor de Derecho Constitucional en la PUC de Minas Gerais, y fue quien impartió el primer curso de Derechos Humanos en la Policía Militar de ese estado en 1985. El catedrático, cuyo apellido alude a un parentesco con el ex presidente de Brasil Jânio Quadros, obligado a renunciar en 1961, accedió a una entrevista para abordar su apreciación sobre la recientemente creada Comisión de la Verdad en Brasil.
–¿Impartió cursos de Derechos Humanos en las fuerzas policiales?
–Sí, fui el primero en dar un curso de Derechos Humanos en la Policía Militar de Minas Gerais, desde 1987 a 1991; y el mismo continúa hasta la fecha. Y sinceramente este cuerpo cambió muchísimo. No es que no tengamos problemas, aún tenemos muchos inconvenientes, pero se replantearon muchas cosas. Ahora estoy a cargo de un curso que se dicta en la Escuela Superior del Ministerio Público, para agentes del servicio secreto, la policía –militar, civil y federal–, que reciben lecciones sobre Derechos Humanos
–¿Y cómo están los Derechos Humanos en las Fuerzas Armadas?
–En Brasil tenemos una situación muy grave, si bien en las fuerzas policiales se desarrollan cursos de Derechos Humanos, sin embargo, las Fuerzas Armadas son impenetrables. Hasta ahora, en las academias militares se enseña una historia mitológica, falsa, mentirosa, en relación a la Dictadura Militar y Empresarial, porque cabe destacar que fueron financiados por empresarios, banqueros e industriales; que también pagaron grupos paramilitares que torturaron y mataron personas; y eso en las Fuerzas Armadas es un tabú. Por eso, si bien hoy la movilización de la sociedad civil es muy grande, muy expresiva, las Fuerzas Armadas aún continúan cerradas a este debate.
–¿Ellos quieren impunidad o que los crímenes sean igualados a las acciones guerrilleras?
–Sí, y es absurdo. Porque lo que las Fuerzas Armadas quieren es que no se toque el asunto, que se mantenga una amnistía, que fue instalada por ellos mismos al final de la dictadura, en tanto que ahora estarían pidiendo una amnistía general. Pero, las personas que lucharon durante la dictadura, que lucharon en defensa de la democracia, no deben ser amnistiados de nada, porque habría que agradecer a esas personas, que lucharon por los derechos, que fueron torturados o asesinados, que dieron su vida a favor de los mismos en Brasil. Porque la libertad y la democracia son gracias a las personas que tuvieron el coraje de luchar. En verdad, el Estado brasileño debe agradecer a esas personas, sin embargo la visión de las Fuerzas Armadas es que hay que dar un perdón a esas personas y los militares torturadores, eso es inadmisible.
–Esencialmente porque son delitos de lesa humanidad.
–Claro, además esto es insustentable en el plano del derecho internacional, no fue aceptado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde Brasil tiene una sentencia que tiene que cumplir. Debemos tener en claro en esta cuestión qué es verdad y qué esta errado, debe quedar claro que aquí hay torturadores, no bandidos, hay criminales que cometieron delitos contra la humanidad. Por lo que estos torturados deben ser juzgados, esta historia tiene que ser pasada a limpio, debe ser contada, y debe reconocerse a las personas que lucharon por la democracia, que de ninguna manera pueden recibir el mismo tratamiento, son cuestiones absolutamente distintas.
–¿Y cómo están las organizaciones de Derechos Humanos en Brasil?
–Hoy en Brasil tenemos una sociedad civil y varias organizaciones del Estado –a nivel municipal, estadual y federal– para defender los Derechos Humanos, realmente ha ganado mucha fuerza y la sociedad está muy movilizada con el tema y se ha logrado algunos cambios importantes. Ahora, en relación a este proceso de transición es considerado de alta necesidad para develar la verdad sobre los responsables, en todos los niveles, de delitos de tortura, quizás Brasil sea el país más atrasado en América Latina. Porque la Argentina ya tuvo claros juzgamientos que dejaron a torturadores presos, y en otros países ese proceso esta avanzando mucho, en tanto que en mi país, recién ahora la presidenta Dilma Rousseff promulgó la Ley que crea la Comisión de la Verdad.
–¿Que tuvo reparos por algunas organizaciones?
–Esta Comisión de la Verdad, para algunos movimientos de Derechos Humanos, quedó muy limitada a lo que se esperaba. Aunque es una oportunidad para avanzar y pasar en limpio la historia brasileña, develar la verdad y darles a personas que no tuvieron la oportunidad de contar su historia. De la Comisión de la Verdad, como el caso en la Argentina, Chile o Uruguay y otros países que tuvieron esquemas similares, se sabe que la misma es fundamental para que se pase a un sistema efectivamente democrático, porque mientras no se pase esto en limpio, se carga con un pasado manchado para quienes participaron de esa historia.
–¿Con qué elementos cuenta la comisión?
–Se aprobó recientemente una ley que establece que los archivos clasificados con secretos de Estado pueden serlo por 25 años y prorrogados por otros 25; y que no hay documentos secretos del Estado en relación a los Derechos Humanos. De esta manera, todos los documentos de la dictadura son documentos públicos, que pueden y deben ser utilizados por la Comisión de la Verdad, incluso por cualquier persona (investigadores, periodistas, historiadores u otros) que quiera pasar en limpio nuestra historia.
–¿Cuál fue papel de Dilma?
–Y el rol de Dilma fue decisivo, sin duda. Creo que hoy, y tal vez el estilo brasileño de hacer las cosas lentamente sea bueno, pero ahora hay una presidenta que es una mujer, que fue torturada, que luchó por la democracia, y que tiene el firme propósito de develar esto. Con la presencia del Partido de los Trabajadores y los ocho años de gestión del gobierno Lula, ahora colocan a Dilma en un escenario propicio para avanzar con la Comisión de la Verdad.
–Tendrá un impacto en América Latina.
–Seguro, esto mostrará el papel fundamental que la dictadura brasileña tuvo en la coordinación de la represión y violencia, patrocinada por los Estados Unidos, en América Latina. Nuestra dictadura de 1964, que es militar e industrial, cabe aclarar eso porque fue financiada por los empresarios y banqueros brasileños (con dinero de los Estados Unidos), a través de miembros de las Federaciones Industriales de San Pablo y Minas Gerais, va a dar soporte a los golpes en el continente, Chile en 1973 o la Argentina 1976. Esto es parte de la historia reciente y es importante que quede claro para que las generaciones actuales y las próximas nunca más caigan en una experiencia similar.
–O con prácticas que persisten.
–Sin duda, hoy hay prácticas que persisten en democracia, por ejemplo, hoy en Brasil se tortura mucho, incluso más que en la dictadura. Antes se torturaba con una justificación ideológica, ahora se tortura a los pobres, porque la tortura esta presente en diversas delegaciones y presidios. ¿Y por qué pasa esto? porque no se pasó en limpio nuestra historia. Se debe decir a todos los brasileños que eso que pasó es injustificable, la tortura no se justifica, es inaceptable, más aun en un Brasil democratizado, es inadmisible que se siga torturando. Por eso es importantísima esta Comisión de la Verdad. Ahora existe una oportunidad y hay que aprovechar para pasar la historia en limpio. <
mai...la tortura è un dito puntato contro la società che lo permette,bisogna parlarne,denunciarla sempre,niente può giustificare la violenza per estorcere,è la peggiore vittimizzazione che certi regimi politici possano usare,è la violenza infame di un potere vigliacco
ResponderExcluirmaria rosa dominici